Me propongo realizar mi ensayo sobre este tema porque
la lectura del texto "Lo ominoso" de S. Freud (referencia del
seminario de investigación el primer año de mi tétrada) me pareció
especialmente interesante por la dualidad de los conceptos unheimliche /
heimliche tal y como Freud los expone.
Una fantasía tan presente en nuestra cultura y en la
fenomenología de las enfermedades mentales debía poderse explicar desde el
psicoanálisis y me apeteció trabajar sobre ello. En este trabajo, he estado
tomando el concepto de cuerpo básicamente en su registro imaginario y me
propongo continuar mi tarea avanzando en mi aprendizaje sobre los fenómenos del
cuerpo, para ampliar este abanico de lo imaginario pero proseguir en el registro
de lo real del cuerpo en psicoanálisis.
El fenómeno del doble ha sido tratado ampliamente en
la literatura por parte de numerosos autores y en no menos numerosas obras. También ha sido objeto de observación en la fenomenología psiquiátrica. Fue
Freud quien remarcó que a pesar de ser un tema que pertenece mayormente al arte
y a la estética, el psicoanalista debía ocuparse de él por su relación con lo
ominoso y lo terrorífico; que excita angustia y horror.
En primer lugar, cabe señalar que los textos específicamente
fantásticos no forman un corpus narrativo totalmente desligado de los llamados
relatos realistas. La tradicional imagen que, durante largo tiempo, la crítica
positivista ha ofrecido de Maupassant - un escritor costumbrista del mundo
rural y parisino - ajena a su alienante obsesión, acrecentada en los últimos
años de su vida por el tema de la locura y el mundo de lo desconocido
(apariciones, telepatía, magnetismo, ciencia ficción, ocultismo..., El ambiente
alucinante, de pesadilla, y de una locura que el personaje intenta rechazar a
toda costa, se combina con sobrias observaciones sobre la realidad en este
extraordinario relato.
El Horla (en francés Le Horla) es un pequeño cuento de
terror de 1887 escrito en forma de periódico por el escritor francés Guy de
Maupassant., en su investigación El cuento posee dos versiones; en la primera,
la historia es contada del punto de vista de que los acontecimientos ya
ocurrieron, ya la segunda es relatada en primera persona, en orden cronológica,
datada de día y mes exactos para cada hecho, hay pequeñas alteraciones de un
texto para el otro. El cuento relata la historia de uno personaje con angustias
y desórdenes mentales. A su vuelta él siente la presencia de un ser extraño que
decide llamar de Horla, mientras que él aunque no deja de pensar en que quizá
sea él mismo quien, poseído, lo hace, por lo que se asegura de lo contrario en
forma ingeniosa. Después logra adivinar la silueta de la entidad, mientras su
percepción se agudiza en forma notable. En algunas ocasiones la criatura lo
domina por completo, pero la lucha encarnizada continúa, ya que no desistirá
ante su intención de apropiarse de esta misteriosa proximidad, de investigarla
y de buscar la manera de vencerla.
El "Horla" es como él llama a esta especie
de vampiro que además de beber leche y agua se alimenta de la vida de otros a
través del sueño; un ser tan insólito como factible en un universo del que no
se conoce más que la “cienmilésima parte”. Esta idea se manifiesta dos veces,
por lo que de alguna manera abre y cierra el texto, acentuando la intención del
autor de explorar los misterios de lo imperceptible al ojo humano..Así, él
comienza a cuestionarse de que podria ser él que estaba tomando tales líquidos
o algún ser anormal estaría dentro del cuarto.La presencia del Horla se hace
cada vez más intolerable al protagonista, llegando al punto de querer matarse o
matar el Horla. Al punto en que el hombre tras dudar pensaba que sería algo de
su cabeza o fruto de una enfermedad cualquiera, ya tiene certeza de que ese ser
es indudablemente poderoso.
El Horla esta relatado en primera persona, como un
diario personal que refleja la evolución de los acontecimientos ominosos que se
suceden en la vida del protagonista. Algunos críticos observan ciertos paralelos
con la vida de Guy de Maupassant, especialmente en la última línea del cuento,
absoluta y demoledora:
"No hay dudas. No ha muerto. Entonces, tendré que
suicidarme...".
Para concluir, vemos que el fenómeno del doble, en
todas las versiones que observamos tanto en la literatura como en la
fenomenología clínica participa más o menos, de unas características comunes ya
resaltadas anteriormente: aparición impactante de "otro yo"
(fascinación y atracción primera: ilusión de paridad), constatación de la rivalidad
con el otro, desenlace de la trama mediante la aparición de la muerte,
aparición sorpresiva de un elemento de repetición. Freud relacionará este
sentimiento siniestro con la emergencia de lo más íntimo, lo reprimido que sale
a la luz cuando no debiera. Pero Lacan le da el valor de la extimidad, lo
estructurante que tiene para todo sujeto en la formación del yo y en la
aparición de la causa del deseo en forma de objeto a. Cuando aparece ese objeto
que está en otra parte, se revela la posición de objeto en que nos encontramos
frente al deseo del Otro: la no autonomía del sujeto. Así el doble no remite a
la imagen especular sino a esa presencia que estando en otra parte se apodera
de la imagen: por ello el fenómeno del doble conduce al doble real, a la dimensión
de ese objeto que soy para el deseo del Otro, borramiento de límites que
indicarían la vacilación del marco, de la escena fantasmática. De ahí su
carácter siniestro.
"El cuervo”de Edgar Allan Poe
En el presente ensayo examinaré el poema” El cuervo” de Edgar Allan Poe, es una de las obras literarias de mayor importancia en el mundo de las letras.” El cuervo”,
publicado por primera vez el 29 de enero de 1845 en el diario New
York Evening Mirror , es una obra que
combina lo nostálgico e introspectivo de la poesía con un cierto carácter
narrativo.
La locura no es entendida, y en algún
tiempo no se le considero una enfermedad, quizás hasta nuestros días se sigue
creyendo que las enfermedades mentales son cosas de gente débil, de gente que
puede pero no quiere controlarse, pero contrario a esto sabemos que “no es loco
quien quiere sino quien puede” es decir, la locura se instaurara donde haya
predisposición para ello, y que sujetos con esta predisposición pueden pasar su
vida sin llegar a la locura mientras esta no sea detonada. Pero el repudio a
esta se debe a que no se logra entender como alguien puede vivir en su propio
mundo maldiciendo al resto de nosotros, y esta es quizás la más grande queja
que se le hace al psicótico, su atrevimiento a no adaptarse a el mundo al cual
estamos todos sometidos, el liberarse de las cadenas que nos aprisionan es el
clamor que nos invade, y también nos invade el miedo porque aunque le
reclamemos su atrevimiento, a su vez nos amedrenta el hecho de que una persona,
una de nosotros, haya podido liberarse y haya empezado a trazar las líneas de
su propia realidad donde no hay cabida para nosotros ya que tememos que esto
nos pueda pasar a nosotros también.
Por esto, ante un tema tan interesante
como lo es la locura, es imposible impedir que el recuerdo nos pasee por los
genios del horror clásico, como por ejemplo lo es Edgar Allan Poe. Pero es
imposible no remitirnos a Poe cuando conseguimos en el poema, que nos
disponemos a analizar aquí, “El Cuervo” las trazas de lo que es la locura, una
locura que no nos es extraña sino todo lo contrario, no es atemorizantemente
cercana, y ¿Como no palidecer ante la locura que nos es cercana? porque ¿Que es
la locura? sino es algo que no logramos entender y que por eso nos es tan
terrorífico.
Ahora bien, conseguimos en el poema
“El Cuervo” de Poe a un estudiante revisando unos papeles para distraerse de la
idea de su recién fallecida amada, el joven es descrito como débil, cansado y
casi dormido, cuando es interrumpido por un visitante que toca su puerta.
Seguidamente, es presentada la valiosa información que nos iluminara en este
análisis, que es la muerte de Leonora, la amada del joven en cuestión. Y aquí
observamos como el autor nos va dibujando a un joven atormentado por la muerte
de su amada, muerte que reciente profundamente.
Luego ocurre el terror, el joven abre
la puerta y se encuentra con que nadie está allí, y empieza a dudar de sus
sentidos, y a cuestionar lo que sus sentidos le hace percibir, cualidad que
podemos observar en, esquizofrénicos, donde dudar de la veracidad
de lo que perciben termina por ser una
variable determinante en la conjunción de su delirio. Es entonces este nuestro
héroe, y como no llamarlo héroe si este joven nos llevara de la mano hacia las
profundidades de la locura, siendo él quien recibirá las desgracias de la
insanidad mientras nosotros presenciamos pasivamente su sufrimiento y agonía.
Ahora nuestro héroe escuchar de nuevo el llamado a su puerta y la abre para
dejar pasar a un cuervo que se posa sobre el busto de Palas, y aquí pudiéramos
empezar a dudar de la misma existencia del ave y continuar nuestra elaboración
de un perfil de un enfermo mental que alucina.
Ante la presencia del imprevisto
visitante nuestro héroe lo confronta y exige que le diga su nombre, quizás los
arrebatos de un hombre desconsolado que no confía lo que sus oídos escuchan y
que probablemente ahora, tampoco de lo que sus ojos ven, pero su valor le
abandona al oír decir al cuervo “Nunca más”, y es aquí donde nos atrevemos a
señalar que el héroe del poema se empieza a entregar a su alucinación y
comienza a asignar las características
de un delirio, a pesar de esto nuestro héroe razona lo que escucha y como el
temprano psicótico, se apura en no denegar lo que escucha y ve. Y a pesar de la
insistencia del cuervo nuestro héroe se esfuerza en negar su terrorífica
presencia, como el enfermo que espera que todo desaparezca de un momento a otro
como ha aparecido.
Sin embargo nuestro héroe no puede
evitar, así como el “loco” no puede evitarlo, darle significado a lo que
erradamente percibe, empezando a construir así su delirio, delirio donde sus
suplicas de olvidar el dolor que le ocasiona el haber perdido a su amada sean
respondidas por el cuervo en su nefasto “Nunca más”, y delirio que lo condena a
nunca tener descanso porque la respuesta del cuervo es “Nunca más”. En vista de
todo esto son muchas las hipótesis a las que pudiéramos llegar acerca del
delirio de nuestro héroe, como por ejemplo, nuestro héroe ante el evento
traumático de perder a su amada está sumido en una gran depresión que termina
por distorsionar su sensopercepcion y hacerlo alucinar con un ave que
continua con su autoimpuesto castigo, recordándole una y otra vez que su dolor
“Nunca más” desaparecerá, o por otro lado, ante el evento traumático de perder
a su amada nuestro héroe empieza a ser testigo impotente de cómo su mundo
empieza a cambiar, instaurándose así en su realidad el delirio de un ave venida
a la ribera de la noche plutónica para perseguirlo y hacerle compañía durante
su soledad.
A manera de conclusión, el poema de
Poe “El Cuervo” es una muy popular y aclamada obra, que en esta ocasión sirvió
para ilustrar el vertiginoso asentamiento de la locura de un hombre a raíz de
un evento traumático, y valió su empleo para recordarnos el sutil y lírico
trato que se le hace a la locura en la literatura, en especial en la poesía.
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